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Medicanes, los huracanes mediterráneos que podrían volverse más devastadores

El término medicane se ha acuñado recientemente para denominar a un tipo de fenómenos atmosféricos que vienen a ser una suerte de ciclones tropicales que, en lugar de en el trópico, tienen su origen y evolución en el mar Mediterráneo. La palabra en cuestión procede de la contracción de los términos ingleses mediterranean hurricane. Una construcción no demasiado afortunada, ya que estos medicanes son más parecidos a una tormenta tropical que a un huracán propiamente dicho. En cualquier caso, los medicanes son objeto de investigación y estudio en los países bañados por el mar Mediterráneo desde hace décadas. Fenómenos especialmente violentos como los medicanes Qendresa, Numa o Zorbas, a cuyo paso provocaron situaciones caóticas en algunas costas del Mediterráneo central y oriental durante los años 2014, 2017 y 2018 respectivamente, han hecho que la preocupación por este tipo de tormentas crezca en la actualidad. A ello ha contribuido también el aumento creciente de las temperaturas en el mar Mediterráneo a causa del cambio climático, uno de los factores que hace que estos medicanes tengan efectos más devastadores, según los expertos en la materia. Por ello, hoy queremos conocer un poco mejor qué son los medicanes, cuáles son las similitudes y las diferencias que estos guardan con los huracanes, y cómo van a ser estos fenómenos atmosféricos en el futuro a causa de la influencia del calentamiento global del planeta. 

Medicanes y huracanes, similitudes y diferencias

Podríamos decir que un medicane es algo así como un huracán pero a pequeña escala. Por ello, vamos a comenzar explicando qué es un huracán, para después ver en qué puntos se asemejan y en cuáles difieren estos dos tipos de fenómenos atmosféricos. 

Un huracán es un tipo de ciclón tropical. Los ciclones tropicales son tormentas que se generan en los mares y océanos en latitudes cercanas a los trópicos del planeta. El nombre de ciclón les viene dado por la característica de que originan corrientes cerradas de vientos circulares que giran en torno a un centro u ojo. Estos fenómenos meteorológicos se deben al choque térmico que se produce cuando la temperatura elevada del mar y una masa de aire frío entran en contacto. La evaporación del agua marina hace que corrientes de aire caliente circulen hacia arriba cargadas de humedad. Al subir a cierta altura y alcanzar los frentes fríos provenientes de otras zonas del planeta, se crea una zona de baja presión y de inestabilidad atmosférica que origina el centro de giro de la tormenta, originando a su vez fuertes vientos. Y a consecuencia de la condensación del vapor de agua, tienen lugar precipitaciones abundantes. 

Este tipo de ciclones tropicales pueden clasificarse, de menor a mayor intensidad, en depresiones tropicales, tormentas tropicales o huracanes. Según la escala de clasificación de huracanes Saffir-Simpson, que clasifica la intensidad de estas tormentas según diferentes factores (niveles de presión, mareas ocasionadas, nivel de daños potenciales y fuerza del viento) hablaríamos de:

  • Depresiones tropicales, cuando la velocidad sostenida del viento por minuto es inferior a 63 km/h. 
  • Tormentas tropicales, cuando la velocidad del viento está entre 63 y 118 km/h.
  • Huracanes:    
    • Huracanes de categoría 1 y 2 en la escala Saffir-Simpson, cuando se alcanzan velocidades del viento de entre 119 y 153 km/h y 154 y 177 km/h respectivamente. 
    • Grandes huracanes: huracanes de categoría 3, con vientos de entre 178 y 209 km/h; de categoría 4, con vientos de entre 210 y 251 km/h; y de categoría 5, cuando los vientos pasan de 251 km/h, hasta unos 400 km/h.    
En 2017, el huracán Matthew tocó tierra en el suroeste de Haití como una tormenta de categoría 4. – NASA

Así pues, conociendo ya que es un huracán, podemos apuntar las similitudes que los medicanes guardan con estos o con ciclones tropicales de envergadura menor. En este sentido, los procesos físicos que intervienen en la creación de ambos fenómenos son muy similares y están estrechamente relacionados con la liberación del calor acumulado en los mares y océanos. En el atlántico, por ejemplo la formación de borrascas que pueden derivar en ciclones tropicales suele darse cuando chocan masas de aire caliente, que sube (o baja, según hablemos de zonas de los hemisferios norte o sur) desde los trópicos, con masas de aire frío, que vienen desde las zonas polares del planeta. 

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Medicane en el Mar Mediterráneo a finales de octubre de 2016. NASA

Además del proceso de formación, medicanes y huracanes comparten una estructura muy parecida, formando tormentas circulares que giran en torno a un eje central. Ambos fenómenos provocan fuertes vientos y abundantes precipitaciones. También diversos daños potenciales: inundaciones, corrimientos de tierra, marejadas ciclónicas, tornados…

Entre las diferencias entre medicanes y huracanes, estas son principalmente la diferente zona geográfica donde suelen darse y la intensidad y tamaño de los fenómenos. 

Mientras que los huracanes son ciclones tropicales, siendo sus lugares de acción evidente los mares y océanos cercanos a los trópicos; los medicanes tienen lugar en las zonas centro y este del mar Mediterráneo. Las diferencias de clima entre estas distintas latitudes también influyen en la variabilidad de los fenómenos. La temporada de huracanes abarca desde el 1 de junio hasta el 30 de noviembre. Durante este tiempo, tienen lugar de media cada año unas 10,1 tormentas tropicales, 5.9 de las cuales llegan a convertirse en huracanes y, a su vez, 2,5 en grandes huracanes (datos del Hurricane Databases (HURDAT) del Centro Nacional de Huracanes de EEUU (NHC)). Los medicanes, por su parte, suelen darse durante los primeros días del otoño, con una frecuencia anual de unos 1 o 2 medicanes por año, según Juan J. González‐Alemán, investigador del Instituto de Ciencias Ambientales de la Universidad de Castilla-La Mancha, quien dirige un grupo de investigación sobre el riesgo de medicanes. 

La potencia de los medicanes es también mucho menor, pudiendo estos originar vientos de entre 65 y 130 km/h. En cuanto a la dimensión física del fenómeno, los medicanes suelen abarcar un diámetro de entre 80 y 300 km, mientras que los huracanes pueden ser grandes tormentas que afecten a superficies circulares de entre 400 y 1300 kilómetros de diámetro

Medicane NUMA, noviembre de 2017, Grecia. NASA

Previsión de la frecuencia e intensidad de medicanes y huracanes para el futuro

Los principales equipos de investigación meteorológica* que estudian ambos fenómenos parecen estar de acuerdo en sus previsiones para el futuro. Tanto los medicanes como los huracanes serán menos frecuentes pero más devastadores a causa del calentamiento global. Los medicanes ocurren con una temperatura del Mediterráneo de al menor 18,3 °C, mientras que los huracanes necesitan unos 26,7 °C para desarrollarse. El aumento de las temperaturas de los mares y de los océanos en todo el mundo es un hecho contrastable. Sin embargo, este aumento de la temperatura también afecta a la atmósfera, por lo que será más complicado que haya corrientes de aire lo suficientemente frías como para que se generen huracanes y, sobre todo, medicanes. Así pues, la frecuencia de ambos fenómenos meteorológicos será menor. 

Sin embargo, cuando ocurran, lo harán con una intensidad mayor. Esto se debe también al hecho anterior, ya que según la ecuación física de Clausius-Claperyon, una atmósfera más caliente es capaz de absorber más humedad del mar: un 7 % más por cada aumento de 1 °C. De esta manera, los medicanes y huracanes que se produzcan en un entorno más cálido, vendrán acompañados de un mayor nivel de precipitaciones y de vientos más fuertes. 

Medicane golpea la península del Peloponeso, Grecia, con vientos intensos, lluvias torrenciales, inundaciones repentinas y tornados – 29 de septiembre de 2018

Así, algunos científicos prevén la creación de medicanes con vientos mantenidos por minuto superiores a los 120 km/h, lo que los equipararía en potencial destructor a huracanes de categoría 1.


*Centros que investigan huracanes y medicanes:

  • Grantham Research Institute on Climate Change and the Environment, de la London School of Economics, en Reino Unido
  • Agencia Estatal de Meteorología (Aemet)
  • Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos
  • Instituto de Ciencias Ambientales de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM)
  • Departamento de Meteorología de la Universitat de les Illes Balears

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